El montaje de la película es tan arriesgado y complejo como la trama en si. El hecho de usar planos cerrados y escenas oscuras, nos da la sensación de miedo, de suspenso, de no saber lo que va a pasar luego. También hace sentir "presos" encerrados en nuestro deseo de mirar pero no querer por temor. En varias partes del film se nota un audio en off, una buena forma de ahorrar espacio de escenas, mientras Marion conduce, huyendo con el dinero, se pueden escuchar las voces de los personajes que la descubren, y anuncian su desaparición y su crimen. La casa de Bates se ve desde una angulación de contrapicado para así darle un ambiente de terror a la edificación y otorgarle autoridad y un poder siniestro. Cabe destacar que en muchas escenas se usa oposiciones de tonos o formas, esto tiene que ver con el tema de doble personalidad que se muestra en el film.
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